Dos hinchas violentos considerados los “cerebros” de las amenazas al futbolista Ángel Di María, hechos que motivaron su decisión de no volver al club Rosario Central, fueron detenidos esta madrugada en la ciudad argentina de Rosario, informaron este jueves fuentes oficiales.
Los arrestados, identificados como Ricardo “Rengo” Ficadenti (30 años) y Sergio “Bebe” Di Vanni (43), pertenecen a “la barra brava del club Newell’s Old Boys“, dijeron a AFP fuentes del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe (centro), donde se ubica la ciudad de Rosario 300 Km al norte de Buenos Aires.
Newell’s y Rosario Central tienen una histórica rivalidad en Rosario y barrabravas de ambos equipos han protagonizado hechos de violencia en los últimos años, en una ciudad azotada por el narcotráfico.
El presidente de Rosario Central, Gonzalo Belloso, reveló el lunes que “Fideo” había decidido no volver a jugar al club local por “falta de garantías” de seguridad, por lo que seguirá ligado al portugués Benfica.
Este jueves fueron detenidos en un automóvil los dos hinchas violentos por orden del fiscal Pablo Socca, quien investiga las amenazas a Di María ocurridas en marzo.
La intimidación, llevada a cabo en un barrio privado de las afueras de Rosario, consistió en arrojar una bolsa que llevaba una tarjeta con la leyenda “Familia Di María” y una nota que decía “Ni (Maximiliano) Pullaro te va a salvar“, en referencia al gobernador de Santa Fe.
Como autores materiales, en abril fueron acusados con prisión preventiva un hombre de 35 años y una mujer de 23, quienes permanecen en prisión.
Un vocero de Seguridad dijo a AFP que, tras las detenciones de Ficadenti y Di Vanni, se realizaron siete allanamientos en los que se secuestraron “más de 20 millones de pesos” (alrededor de 20 mil dólares) y ocho teléfonos celulares.
Ficadenti había sido imputado hace dos años como partícipe del asesinato del entonces jefe de la barrabrava de Newell’s, Nelson “Chivo” Saravia, acribillado a tiros en octubre de 2021.
Entonces, la justicia le dictó prisión preventiva por 60 días, informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Jorgelina Cardoso, la esposa de Di María, dijo la semana pasada que lo que se conoció públicamente acerca de las amenazas no constituye la totalidad de lo ocurrido.
“No es pavada (tontería), la gente sabe la mitad, pasaron cosas que no se saben. Es muy delicado y muy ‘heavy’”, aseguró.