El pasado 12 marzo, la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, que preside el senador Rafael Espino de la Peña, aprobó un dictamen por el que se busca prohibir, en la elaboración, importación y comercialización de productos cosméticos, el uso de microplásticos añadidos intencionalmente para exfoliar, pulir o limpiar.
A este proyecto se le dio trámite de primera lectura en la sesión del 21 de marzo, por lo que está inscrito en la Gaceta Parlamentaria. El dictamen deriva de una minuta enviada por la Cámara de Diputados, para modificar la Ley General de Salud.
La reforma define a los microplásticos como las partículas sólidas de plástico de hasta cinco milímetros de diámetro.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, dichas partículas, compuestas de polímeros y aditivos, son potencialmente tóxicas, y gran parte de los desechos plásticos mal-gestionados a nivel global acaban en vertederos y cuerpos de agua, por lo que contaminan el medio ambiente, especialmente el mar.
Las y los senadores destacaron en el dictamen que el impacto en la salud de los microplásticos está asociado con diversas enfermedades, principalmente relacionadas con alteraciones en el sistema endocrino.
Refirieron que en los productos cosméticos también se pueden encontrar una infinidad de estos materiales, y aunque se sabía que sólo era en productos de higiene y limpieza como exfoliantes, pastas de dientes o detergentes, no se había identificado su presencia en la mayoría de los maquillajes.
El rímel, los pintalabios, las bases y los polvos faciales, que entran en contacto cercano con los ojos y la boca, pueden contener muchos microplásticos, según una reciente investigación de Greenpeace Italia.
Además de que, por cada baño cosmético con las esferas exfoliantes que dejan tersa la piel, se colocan cien mil partículas en el desagüe que llega al mar, donde serán involuntariamente tragadas por peces, moluscos o crustáceos, que más tarde pueden estar en los alimentos que consumimos.
Los senadores afirmaron que esta propuesta ayudará a cumplir con el objetivo de prohibir en los productos cosméticos el uso de microplásticos, crear conciencia y tomar acciones que sumen al esfuerzo global de frenar el grave deterioro ambiental.